Sí, fue un Taller de arquitectura

Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, 1 de junio de 2023.

Al Señor Decano.

Habiendo sido notificado por la Secretaría Académica de la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la Universidad Nacional de Catamarca, de las presentaciones realizadas por el Centro de Estudiantes y la Agrupación Franja Morada de nuestra Unidad Académica, la Federación Universitaria de Catamarca y el Consejo Asesor del Departamento Académico de la carrera Arquitectura; en función de la situación planteada en el Taller Integrador de Diseño II, el día 4 de mayo del corriente, envío el siguiente escrito a los efectos que sea tenido en cuenta como mi descargo. Esta exposición “Sí, fue un Taller de arquitectura” se desarrolla en tres partes:

1.- La utopía de cambiar el mundo desde un Taller.

2.- El Taller del jueves 4 de mayo de 2023.

3.- El pluralismo en la universidad pública argentina.

Agradezco la posibilidad que me brindan de poder expresarme y contar los hechos ocurridos en esa jornada de Taller. Quedo a su disposición y del Consejo Directivo de la Facultad, si lo creen conveniente, para presentarme en la próxima sesión para exponer mi descargo personalmente y aclarar todas las dudas.

Mgter Arq. Basilio Bomczuk
Profesor Titular
Taller Integrador de Diseño II
Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas
Universidad Nacional de Catamarca

https://tid2unca.blogspot.com

 

1.- La utopía de cambiar el mundo desde un Taller de Arquitectura

¿Cómo construir pensamiento proyectual en la arquitectura, con las prácticas que desarrollamos en nuestra labor como arquitectos? Este interrogante de nuestra vida profesional, está presente cuando, en el rol de docentes universitarios en un Taller de Arquitectura, proponemos a los estudiantes recorrer un camino en su formación como futuros arquitectos y arquitectas. El desafío de enfrentar una obra, nos tiene que obligar no sólo a quedarnos con el hecho de cómo hacerla, sino qué queremos decir con ella, ya que la arquitectura es producto de nuestra cultura.

El tiempo que llevamos como docentes en la conformación de una cátedra del Taller Integrador de Diseño II, en el marco de una carrera de Arquitectura de la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la Universidad Nacional de Catamarca, nos permite reflexionar sobre la necesidad de motivar el debate de las posibilidades que se presentan para la formación de los futuros colegas. El desafío es incentivarlos, “en el hacer”, sobre la necesidad de una construcción colectiva y crítica del pensamiento proyectual, con la base sólida de un marco teórico, que le dé sentido a la Arquitectura. En un Taller de Arquitectura, como en una obra arquitectónica que se erige, el docente se constituye en un andamio que ayuda al estudiante en su autoconstrucción intelectual; éste, en última instancia, es quien debe aprender a tomar sus propias decisiones.

En la experiencia como arquitectos y docentes universitarios, podemos decir que, en las cátedras de Taller, tenemos en cuenta el reconocimiento de la realidad donde actuamos para afrontar integralmente el problema del diseño arquitectónico. Frente a la diversidad de miradas que existen en el mundo académico contemporáneo sobre la formación del arquitecto, en Catamarca tratamos de considerar al Territorio como una totalidad, en el paradigma del “ecosistema urbano”, mencionado entre otros por Salvador Rueda. Es imposible analizar una parte sin tener en cuenta que forma parte de un todo.

En la experimentación del Taller, donde el estudiante “aprende haciendo”, se plantean ejercicios de simulación tendientes a la adquisición de estrategias proyectuales para afrontar el problema de diseño arquitectónico. En el proceso se construye pensamiento en la realidad del contexto que nos toca actuar, como en el ejercicio de la profesión misma. Para que lo pueda entender un lego en la materia, los pasos que se siguen son: el análisis de la realidad; la formulación de las pautas de diseño para llegar a la generación de una idea arquitectónica; y la resolución del proyecto entendido como síntesis. Sin embargo, hay que decirlo, que, al ser un proceso creativo, no es lineal.

En el hacer arquitectónico está presente en el diseñador la interpretación de los fines que persigue como ordenadores de la relación del hombre con el ambiente; y de los medios como herramientas para la materialización de los fines propuestos. El estudiante a lo largo de su formación aprende a articular e integrar los saberes que les brindan las otras áreas de conocimiento de la carrera; por lo tanto, en el hacer del proyecto, se constituye la síntesis del proceso.

¿Cómo es la realidad en la que diseñamos? ¿Es el lugar el que hace a la obra o es la obra la que hace al lugar? ¿Qué papel juegan en el diseñador los fines y los medios del hacer arquitectónico? Estos interrogantes, se contemplan en nuestra construcción teórica a lo largo del proceso del Taller, aferrándonos al proyecto como una herramienta mediadora para pensarlo, entre estudiantes y docentes.

El objeto arquitectónico a diseñar debería tener la capacidad de regular la relación ambiente/hombre, entendiendo siempre al entorno que está ahí, como condicionante del objeto arquitectónico y, a su vez, modificado. Por lo tanto, está claro que existe una totalidad inseparable entre el objeto arquitectónico y el entorno (tanto natural como cultural), entendidos en esa realidad, al momento de pensar las soluciones.

En las últimas décadas, ante el crecimiento poblacional del Gran Aglomerado Urbano de Catamarca y la necesidad de la construcción de barrios y equipamientos, en la gestión se descuida la presencia de los accidentes geográficos, interviniendo en el cauce mismo de arroyos secos, como en la ciudad de Catamarca; se avanza sobre las áreas rurales, como en Fray Mamerto Esquiú; se cierran acequias y se talan árboles, como en Valle Viejo. Pues bien, estos problemas, sirven, por ejemplo, como disparadores para pensar en los Talleres de Arquitectura locales, con una mirada universal, “cómo habitar el Territorio”, considerando las principales recomendaciones para el desarrollo sostenible de las ciudades, provenientes de agendas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana.

Estamos asistiendo a un cambio de paradigma en el abordaje del problema del Hábitat. A lo largo del proceso de trabajo del Taller de Arquitectura vemos prioritaria la construcción colectiva crítica de un marco teórico para proponer soluciones, que respondan a la serie de interrogantes a resolver en el contexto que nos toca actuar. La premisa es pensar las posibles soluciones en el Territorio para el acceso a la vivienda considerando el paradigma de lo colectivo, el equipamiento necesario en sus diversas complejidades según las escalas y los espacios públicos abiertos como un sistema a escala urbana; todo esto bajo el soporte que contempla a la ciudad como ecosistema.

Imaginar qué y cómo entendemos a la formación de arquitectos y arquitectas, nos permite afirmar, que nuestra aspiración como docentes, es que el Taller de Arquitectura sea el ámbito para que el estudiante produzca “la integración de los campos del conocimiento”. Por eso es importante que, “en el hacer”, usando la dialéctica, el estudiante explique su proyecto en cada crítica, ya que al “escucharnos” comenzamos a construir el camino para los sujetos que nos conduzcan a una revolución de pensamiento, a un cambio de paradigma. Por supuesto, ¡con emoción! Porque sin ésta no hay arquitectura; ya que la iniciativa, el debate, la autocrítica y la sensibilidad social, entre otros, constituyen valores fundamentales que propiciamos en el Taller para la emancipación del estudiante.

 

2.- El Taller de Arquitectura del jueves 4 de mayo de 2023

Nuestra cátedra planteó la jornada de trabajo del Taller en dos momentos, de acuerdo al cronograma. El primero correspondió a la crítica ya pautada, para cerrar el proceso del Trabajo Práctico Número 1 y, el segundo, a una clase teórica, para iniciar el proceso del Trabajo Práctico Número 2. Todo, dentro del Programa de Trabajos Prácticos para el ciclo 2023 “Habitar el ecosistema barrial de Banda de Varela”.

El Trabajo Práctico Número 1, plantea: “Ejercicio de fortalecimiento de grupo usando las competencias previas. Propuesta proyectual de un mirador (con servicios mínimos) para los caminantes de las laderas del Fariñango en Banda de Varela. Paralelamente se realiza un análisis sensible (como paso previo al análisis sistémico posterior) para aprehender el lugar a trabajar. Modalidad individual”.

La jornada de crítica, permitió a los/las estudiantes, usando como herramienta mediadora sus trabajos expuestos en el Taller[3], construirse colectivamente de forma socializada con el acompañamiento del equipo de cátedra:

“Aspiramos a que el Taller sea el ámbito en el que se produzca “la integración de campos”. Por eso es importante que, en el hacer, usando la dialéctica, el estudiante explique su proyecto en cada crítica, ya que al “escucharse” y “escucharnos” comenzaríamos a construir el camino para los sujetos que nos conduzcan a una revolución de pensamiento, a un cambio de paradigma”.

Trabajamos colectivamente cómo, en el hacer, es posible ir aprehendiendo el lugar a intervenir, haciendo paralelamente un análisis sensible, como una primera aproximación del sitio. Del debate colectivo se acordó entre todos y todas el abordaje de lo general tomando a la ciudad de Catamarca, como escala macro; de lo intermedio tomando a Banda de Varela, como escala meso; y de lo particular tomando aquellas centralidades que percibieron en el recorrido, como escala micro. Trabajamos con los saberes previos que los/las estudiantes adquirieron en el Taller Integrador de Diseño I y Ecología Urbana, sobre todo rescatando lo referido a la imagen ambiental global de la ciudad de Catamarca.

Una vez concluida la crítica pasamos a la presentación del Trabajo práctico Número 2, que plantea: “Análisis, interpretación y formulación de una propuesta de intervención para reconvertir o suturar la imagen ambiental de Banda de Varela, en el marco de una imagen ambiental global de la ciudad. Construcción de un marco teórico. Se considera para la elaboración de la propuesta en el barrio, como una unidad ambiental, el método holístico de percepción, interfases y patrones naturales y culturales. Modalidad grupal”.

Aquí, ya me sitúo en primera persona en esta parte del escrito, como Profesor Titular del Taller Integrador de Diseño II, ya que fui yo quien dio la clase teórica, pensada como una guía para que los/las estudiantes puedan construir conocimiento de forma colectiva, con el apoyo de sus docentes de comisión y de la bibliografía que la cátedra colgó en el entorno virtual de la facultad (trabajando coordinadamente en sentido vertical y horizontal en la carrera); abordando cómo realizar un análisis sistémico, según lo establece nuestro programa:

“El proyecto del espacio arquitectónico necesita de un proceso abstracto de construcción de pensamiento sistémico. La frase de Aristóteles «El todo es más que la suma de las partes”, da cuenta de nuestra postura como cátedra en el Taller. El pensamiento sistémico se basa en la percepción del mundo en términos de totalidades para su análisis, comprensión y accionar; a diferencia del planteamiento del método científico, que sólo percibe partes de éste y de manera inconexa”.

El análisis posibilita la construcción de un marco teórico que está establecido también en nuestro programa y que permitirá al final del cursado poder realizar la reflexión final del pensamiento proyectual, contrastando el resultado al que arribaron con el marco teórico desarrollado:

“Comprendemos a la teoría como base de la matriz ideativa del pensamiento proyectual, propiciando la construcción de conocimiento con una mirada holística; entendiendo que la complejidad se da en los sistemas”.

La clase se tituló “El análisis de la realidad de Banda de Varela”. Como hago siempre en el Taller, comienzo recordándoles a los/las estudiantes cual es la postura de la cátedra con respecto a la Arquitectura, considerando el recorrido del Taller anterior y que, en este curso, que corresponde al nivel II, se aborda la realidad de la complejidad de la escala barrial. También les recuerdo, como acuerdo previo, que el eje del Taller es “el reconocimiento de la realidad/ambiente donde se actúa para afrontar integralmente el problema del diseño arquitectónico”, tomando el eje de la carrera de arquitectura de nuestra facultad que es “la arquitectura del ambiente”.

Luego de presentar conceptos referidos a: la realidad, el ambiente, el hábitat, el ecosistema, el ecosistema urbano, pasé a desarrollar la idea de la totalidad inseparable entre el objeto arquitectónico y el entorno entendidos en una realidad.

Ante la pregunta planteada al Taller “¿Es el lugar el que hace la obra o es la obra la que hace al lugar?” desarrollé el concepto de “genialidad del lugar” de Christian Norberg-Schulz; pasando a mostrar algunos ejemplos de la obra de Oscar Niemeyer, como la Casa Das Canoas (1951) en Río de Janeiro y el Museo de Arte Contemporáneo (1996) en Niteroi, usando sus dibujos para tratar de encontrar posibles respuestas.

Aquí comienzo a exponer “como vemos y diseñamos, considerando nuestra cosmovisión, que es nuestra manera de ver e interpretar el mundo críticamente”. Recalcando que es necesario que lean literatura, vean cine, viajen con mínimo presupuesto; ya que la experiencia de vida ayuda a construirse como futuros arquitectos. Frank Lloyd Wright les decía a sus estudiantes que trabajaban en su estudio de arquitectura:

“¿Que es fundamental para el arquitecto de alma? Debe tener salud, debe tener fuerza –fuerza de voluntad ante todo– poder intelectual, poder muscular. Debe conocer la vida y debe conocerla mediante el estudio. ¿Y cómo se logra estudiar la vida? Pues… viviéndola… vivir la vida… significa estudiar principalmente la Naturaleza… Ustedes tienen la oportunidad de plasmar y determinar la forma de las cosas que vendrán. Ustedes son los cinceladores de formas y los conocedores de formas o no serán arquitectos verdaderos. Para formar un arquitecto así… lleva tiempo”

Creo que es importante posibilitar en el Taller un espacio de complicidad intelectual para establecer una relación que eleve el pensamiento del estudiante y entender que él o ella es artífice de su propio destino como futuro arquitecto/a. Las mías no son clases de autoayuda. Por ello, además de propiciar el escenario para la construcción del conocimiento de manera socializada y crítica, un profesor tiene que transmitir valores y emociones. Los jóvenes están en un momento de sus vidas en el que se plantean interrogantes en el universo de la vida universitaria, inclusive de su propia construcción identitaria. Estimular el pensamiento crítico y reflexivo en los estudiantes es lo único que permite avizorar un futuro profesional independizado o emancipado de los dogmas. La formación de futuros arquitectos no es sólo tecnocrática, sino, quizás, fundamentalmente humana.

Para transmitir mi experiencia de la necesidad de la construcción de una actitud crítica en cada uno de nosotros, mostré fotografías, que fueron tomadas personalmente por mí, de la exposición ‘El país ocupado” que se desarrolló en el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi, en Río de Janeiro, en el verano de 2020. Curada por Pablo León de la Barra y Raphael Fonseca, contó con la participación de los artistas Antonio Dias, Antonio Manuel Da Silva Oliveira, Antonio Manuel, Ivan Serpa y Rubens Gerchman. Ellos exhibían sus obras como artistas muy activos en la década de 1960, enfrentando la represión del gobierno dictatorial. Aprovechando el uso de los periódicos como elemento poético en su obra, reflexionaron explícitamente sobre la violencia. Quien visitaba la exposición, podía correr manualmente un velo negro que tapaba cada una de las obras y ver tras aquél lo que no podemos ver o nos ocultan deliberadamente. Esto me llevó a explicar un concepto que la profesora Susana Barco desarrolló en un seminario de didáctica en la Especialización de la Enseñanza Universitaria en Arquitectura y Diseño de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba: “El análisis siempre es una operación de pensamiento”.

Es así que, seguidamente, partiendo de la exposición de arte que les mostré anteriormente y, para que los/las estudiantes pudieran entender el concepto de “como el análisis es siempre una operación de pensamiento”, puse algunas imágenes de la realidad actual que pueden ver en los periódicos digitales, que consideran ciertas lógicas sociales, ambientales, políticas y económicas contemporáneas. Estas imágenes eran superpuestas por otras de sujetos críticos que, “al correr el velo”, nos querían decir algo. No era una interpretación de este profesor, ya que quienes “corrían el velo”, eran sujetos críticos que entendían qué había detrás de esas supuestas lógicas y nos mostraban su propia operación de pensamiento. Si hubiera sido mi interpretación no pasaba nada porque el estudiante sabe que puede interpelar a su profesor para marcar sus diferencias si las tuviera; eso siempre lo dejé claro en cada Taller y es lo que aprendí en mi formación como docente universitario en la Especialización mencionada en el párrafo anterior en la Universidad Nacional de Córdoba. Es ridículo suponer que pudiera adoctrinar en estas lógicas sociales, ambientales, políticas y económicas al estudiante. Las imágenes que puse siempre iban acompañadas de mi consejo de buscar sus enlaces en internet (que es lo que más usan los jóvenes para buscar información). Las situaciones correspondieron a:

  1. Un voraz incendio en un bosque destruyendo un ecosistema natural que, “al correr el velo” los activistas ambientales, mostraban la crítica al negocio de la soja.
  2. La destrucción de la ciudad de Kiev en la guerra entre Ucrania y Rusia que, “al correr el velo” Noam Chomsky, manifestaba su interpretación no occidental de la invasión rusa a Ucrania.
  3. Un grupo de mujeres en una marcha exhibían un cartel en el que podía leerse “No estamos todas, faltan las asesinadas” que, “al correr el velo” un varón, se interpelaba sobre la nueva construcción de la masculinidad mirando su propia cara.
  4. Un dirigente político mediático del momento en contra de la clase política que, “al correr el velo” un militante que abandonó su espacio, señala que tiene actitudes autoritarias.
  5. La playa de Ipanema en Rio de Janeiro en un día de plena ocupación turística que, “al correr el velo” una investigadora en CLACSO, expone la pobreza y la exclusión de las favelas de la ciudad como contraste con lo otro.[15]

Es así que, luego de mostrar la exposición de arte de Niteroi y las imágenes de alto impacto de algunos temas de la realidad del momento, que son conocidos por los/las estudiantes en el transcurrir de sus días actuales, comencé a desarrollar los siguientes conceptos: “cómo siempre de lo analítico vamos a lo sintético; cómo carecemos de procesos de análisis; cómo asistimos a un mundo donde los noticieros nos presentan todo ya elaborado; porque no hay análisis; cómo el análisis es peligroso; quien analiza destapa velos; cómo sin capacidad de análisis no hay sujeto crítico; porque tenemos que hacernos cargo de la etapa analítica del proyecto; porque pasamos todos los días frente a cosas sin registrarlas; y cómo hay que volver a poner en marcha las operaciones de pensamiento”. También, expliqué cómo “analizar es distinguir partes y clasificar partes; es no separar”. Analizar nos lleva a acciones como: observar, clasificar, ordenar, comparar, reflexionar, inferir, describir y deducir. En el análisis consideramos: la percepción, las sensaciones, apelamos a la memoria, apelamos al registro ambiental de cada uno de nosotros y nosotras. Terminando con el concepto de que “en el análisis de la realidad/ambiente, el todo es más que la suma de las partes” y “que las cosas sean de una manera no significa que no se puedan cambiar” y expliqué como en nuestra carrera contamos con una “Guía práctica para un análisis y proyectación ambiental integral” que está disponible en nuestra aula virtual del Taller en el entorno virtual de la facultad.

Los ejemplos sirvieron para trasladarlos seguidamente a la dimensión del análisis en la arquitectura. Las imágenes sólo pretendían ser un recurso didáctico para despertar en el estudiante el debate, la mirada crítica, la interpelación, su conformidad o disconformidad, etc. En nuestra cátedra consideramos que un sujeto pasivo en el proceso creativo que se halla cómodamente en su zona de confort, es poco probable que pueda transformar esa realidad sin “dar el salto”. Creemos que los estudiantes tienen que iniciar el camino hacia su emancipación intelectual en el espacio de Taller, que permita la construcción, socializada y crítica del conocimiento y, por supuesto, que no adherimos a la “bajada de línea” teórica de un docente que debe considerarse como la única verdad irrefutable.

En la última parte de la clase me explayé en el análisis e interpretación de la realidad/ambiente para habitar el ecosistema barrial de Banda de Varela, con el método holístico de percepción, interfases y patrones. Seguidamente mostré trabajos del análisis e interpretación del ambiente de estudiantes del primer curso del año 2018 de la carrera, a modo de ejemplos para ver el proceso que tuvieron hasta llegar a la propuesta urbana-arquitectónica. Cerré la clase mostrando la bibliografía a analizar que esta colgada en el aula virtual de nuestro Taller en el entorno virtual de la facultad. Volví a preguntar si alguien tenía una duda o quería hacer un comentario y, ante la falta de respuestas, nos retiramos del aula.

Doy mi palabra de honor que esto fue así, como lo relaté.

 

3.- El pluralismo en la universidad pública argentina

Finalmente quiero referirme a las notas presentadas. Por un lado, las del Centro de Estudiantes y la Agrupación Franja Morada de nuestra Unidad Académica y la de la Federación Universitaria de Catamarca; y por otro, a la del Consejo Asesor del departamento Académico de la carrera de Arquitectura.

A los estudiantes:

Tengan la seguridad estimados/as estudiantes que el Taller del pasado jueves 4 de mayo tuvo sentido en la lógica del proceso desarrollado en la clase “El análisis de la Realidad de Banda de Varela”. En el Taller partimos de lo general, para llegar a lo particular. Las imágenes y los ejemplos de la clase tuvieron un sentido en el proceso que se planteó. El fin fue entender que el análisis en arquitectura es una operación de pensamiento.

Por lo tanto, niego categóricamente que haya planteado un debate político que pueda interpretarse como un adoctrinamiento hacia los estudiantes. El Taller fue de Arquitectura, como siempre sucede en nuestro espacio académico.

Que en la presentación, que contó con 117 imágenes, hayan existido dos que mostraban un hecho político de la realidad actual; con un sujeto crítico que corría el velo en su análisis, (para ejemplificar una operación de pensamiento), no significa que sea mi opinión o que haya adoctrinado a los estudiantes. Las ideas se encuentran dentro de la cabeza de cada sujeto. Que sea una persona pública fuera de la universidad no significa que se me pueda castigar con una fotografía furtiva en función de una interpretación equivocada de cómo puedo llegar a pensar al stalkear alguien mis redes sociales. En cursos anteriores tuvimos estudiantes que en los momentos de crítica planteaban sus propias miradas a las dimensiones sociales, políticas, ambientales y económicas, que nos interpelan en el proyecto arquitectónico. Jamás el equipo docente de nuestra cátedra le dijo a esos estudiantes que debían pensar distinto, cambiar de pensamiento o pensar como nosotros. ¡Eso es absurdo y no resiste ninguna lógica!. Es más, a mí me emociona saber que un estudiante tiene ideas políticas, considero que el mundo está salvado si nos encontramos con un joven universitario que plantea su mirada crítica del ambiente en toda su dimensión. Siempre que sucede eso le pido, si me permite, estrecharle la mano. Eso lo saben los estudiantes que lo vivieron.

No obligué a permanecer y escuchar una postura política propia mía. No milito en partido político alguno. Si esto hubiera sido así, ¿por qué el/la estudiante que tomó la fotografía para llevarlo a las redes no planteó su disconformidad, siendo, probablemente, militante del espacio político, enojado con la mirada del sujeto de su propio espacio que corrió el velo? Tal vez el/la estudiante que tomó la fotografía se dejó llevar por una construcción personal de algo que no fue así y que no fue lo central de la clase y que, lamentablemente,  le llevó a enojarse y a gastar sus energías en la dimensión de su construcción mental. Quizás tendría que recriminarle al dirigente que dejó su espacio criticándolo y no a este profesor.

Agradezco a la universidad pública que las agrupaciones estudiantiles se preocupen y cuiden a sus pares. Por ello, les sugiero conveniente trabajar con los/las estudiantes en la necesidad de comprender que tienen el derecho de pedir la palabra y manifestar sus puntos de vista sin temor alguno. Quizás es un trabajo que deben desarrollar las agrupaciones con más énfasis desde el primer día que ingresan a la universidad. Que no deben temer hacerlo. Es muy triste para un profesor universitario ver a sus estudiantes cuando comienza el año académico que esperan la “bajada de línea” del conocimiento y que no se sienten empoderados en la necesidad de construirse colectivamente con sus pares y docentes.

Considero que un profesor debe asegurar el espacio para que los/las estudiantes, con la ayuda de sus docentes, puedan construir conocimiento de forma colectiva, socializada y crítica. Que un profesor tiene la obligación de transmitir valores y contar experiencias a sus estudiantes, que ayude a la construcción de su identidad como ciudadanos y no sean tan solo tecnócratas; que al momento de ejercer su profesión comprendan la dimensión que va más allá de lo técnico.

También quiero agradecer los mensajes de estudiantes que se solidarizaron por el ataque que padecí siendo víctima de los trolls ante este mal entendido. A veces, es más sensato, juntarse a tomar unos mates con el profesor en el patio de la facultad, para plantear las diferencias que permitan resolver las incorrectas interpretaciones, producto de la realidad de cada uno.

Al Consejo Asesor:

Aquí no incluyo a los estudiantes que integran este órgano académico, ya que los considero dentro de la comprensión de mi respuesta a los estudiantes ya explicitada en el apartado anterior.

Sí me voy a dirigir a mis pares docentes que lo integran, para manifestar que mi clase pública fue diseñada y programada como profesor titular incluyendo los contenidos del campo disciplinar de la arquitectura. Considero que podemos tomar los hechos cotidianos de la realidad que experimentan los estudiantes para trasladarlos a la arquitectura. Todos los arquitectos que hacemos docencia lo aplicamos. Coincido en que se concibe a la arquitectura como la expresión física inserta en un determinado marco geográfico cuya concepción involucra variables filosóficas, religiosas, políticas, económicas, estéticas, sociales, culturales, ambientales, etc.

Sorprende que el escrito sea una opinión que plantea por unanimidad que hay indicios de incumplimiento de mi parte y establece el pedido de duras sanciones a este profesor, cuando jamás fui convocado a reunión alguna para preguntarme qué había pasado en el Taller con esa fotografía tomada de manera clandestina, obviamente, para perjudicarme. Es extraño, también, que justo el día que comenzaba mi programa de radio, donde festejaba los 30 años en el aire, y que contó con la visita del intendente de la ciudad de Catamarca, haya sucedido toda esta situación extraña, en la que se desliza la sospecha que puede leerse como una confabulación o conspiración hacia mi persona.

Con respecto al ánimo de los estudiantes que menciona el escrito, considero que firmar, como si se tratara de una escribanía, una nota redactada por alguien sin que sus conciencias les interpele mínimamente en su humanidad sobre la necesidad de escuchar primero al profesor involucrado, no ayuda mucho en ese aspecto.

Escribir una opinión de estas características de un profesor y su cátedra perjudican a los estudiantes de la carrera, considerándolos como seres no pensantes si afirman que les parece que el Taller Integrador de Diseño II aporta en su formación.

Los docentes de nuestra cátedra también estamos estudiando, participamos de un proyecto de investigación de la universidad, organizamos un ciclo de charlas de extensión para la comunidad, realizamos dos viajes a la ciudad de Rosario para que los estudiantes puedan conocer otra realidad que les permita entender por contraste la suya. Contribuimos en el esfuerzo colectivo de autoridades, profesores y estudiantes para fortalecer la carrera. No nos consideramos incapaces o inútiles para ocupar los cargos en los que nos designaron las autoridades de la facultad. En todo caso eso se evaluará al momento de realizarse un concurso docente de antecedentes y oposición.

No quiero dejar de mencionar que me parece ofensivo comparar este caso “a investigar y tomar medidas necesarias y severas” con el de otro docente, ya que no tiene nada que ver.

Concluyo con parte de la editorial del diario papel El Ancasti, del 9 de mayo pasado, que al parecer, comprendió la situación y no así mis pares:

“Lo que llamó la atención es la polémica surgida a partir de las quejas de algunos estudiantes, que acusaron al docente de querer “adoctrinarlos”. Que un docente, exprese en el marco de una clase de un nivel universitario una postura política determinada no implica un adoctrinamiento, porque si lo fuera habría que concluir que los alumnos no son personas pensantes y con la suficiente capacidad crítica como para razonar y también opinar, a favor o en contra, sobre el tema en cuestión.

“La universidad tiene como una de sus funciones centrales convertirse en caja de resonancia de los debates públicos en el país. No solo opinar sobre los temas que forman parte del programa de estudio y sobre otros también, es posible, sino también deseable. Las aulas universitarias no pueden ser recintos donde los profesores viertan contenidos presuntamente asépticos, esterilizados y libres de cualquier contaminación política, para que los estudiantes los asimilen sin reflexión alguna. Primero porque tal asepsia en realidad no existe. Todos los temas, aun en las ciencias duras, tienen por sí mismo o por el contexto en el que se aplican, una interpretación determinada de cada sujeto en función de su cultura, escala de valores o cosmovisión del mundo. Pero además porque el debate de ideas enriquece y promueve el juicio crítico, que es condición esencial en el esquema de enseñanza-aprendizaje.

“De todos modos, lo que sí debe garantizarse es la libertad de opinión y de expresión, tanto de docentes como de estudiantes. El pluralismo, además de ser imprescindible para hacer crecer en calidad el debate de ideas, forma parte esencial de la vida universitaria.”

Al final de cuentas, el escrito del Consejo Asesor revela una serie de interrogantes que, “al correr el velo”, quizás debemos trabajar los/las docentes: ¿Por qué en la carrera de Arquitectura un estudiante no interpela a un profesor cuando no coincide con su mirada? ¿Por qué las bajadas de líneas son contraproducentes para transformar la realidad? ¿Cómo puede un/a novel arquitecto/a transformar su entorno si no desarrolla el espíritu crítico y sólo se dirigirse por el camino confrontativo? Estimular el pensamiento crítico y reflexivo en los estudiantes es lo único que permite avizorar un futuro profesional independizado o emancipado de los dogmas.

Ojalá las autoridades de la facultad intercedan para que mis pares presenten las disculpas correspondientes a este profesor a quien han ofendido y pretendido dañar su imagen con este escrito, sin establecer una conversación previa para saber qué paso.

 

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