Los vecinos de SFVC manifiestan su aprobación con la reinauguración del Cine Teatro Catamarca, asistiendo a los eventos artísticos programados. Este edificio constituye una joya de la arquitectura moderna dentro de la trama del área central de la ciudad que, por suerte, cobró vida nuevamente.
También viene a la memoria la iniciativa, que tuvo en su momento, la Asociación de Amigos del Arte de Catamarca (ARCa) para adaptar la Casa Navarro, ubicada al frente de la plaza principal, como sede de un magnífico museo de arte contemporáneo.
Con estos dos ejemplos, queremos hacer notar el interés de los vecinos por la vida cultural de una ciudad y el potencial que trae aparejado al turismo urbano. Entendido éste como el que ofrece lo mejor que puede dar de sí una ciudad: cultura, atracciones, vida nocturna, bien sea para trabajo o placer.
En el libro La transformación de la ciudad, el crítico y periodista de arquitectura Kenneth Powel considera que, situar edificios artísticos importantes en barrios degradados, es un sistema probado para atraer inversiones turísticas. Y cita los ejemplos de Bilbao, Barcelona y Groningen –que ciertamente representan otra escala con respecto a nuestra realidad, pero que pueden servir para adaptar el modelo a nuestra ciudad–.
La inversión cultural constituye una ruta de éxito asegurado en la regeneración urbana. Considerada anteriormente como una ciudad industrial poco atractiva, Bilbao se convirtió en un destino turístico y el museo generó ingresos millonarios para la ciudad. En un año, los vecinos recuperaron el coste de la construcción (pagado por el gobierno de la ciudad, el regional y el provincial) y, puesto que el contenido del museo es un préstamo de la fundación del mismo nombre, los ingresos son ganancias netas para Bilbao.
El renacimiento cultural de Bilbao es espectacular, pero sin embargo palidece al lado del de Barcelona, donde el Museo de Arte Contemporáneo en el que fue el mísero barrio del Raval, es una de las inversiones importantes en arte que han dado brillo a una ciudad cultural y muy cosmopolita.
La ciudad holandesa de Groningen empezó a construir un nuevo museo con un espíritu ante todo desafiante y antielitista, con lo que animó realmente a la gente de a pié a ir allí para distraerse más que para instruirse. El nuevo museo se convirtió no en un monumento, sino en un pedazo del tejido de la ciudad, con elementos sorprendentemente disímiles.
Cultura alternativa
“Cultura” no significa únicamente lo que tradicionalmente se conoce como “bellas artes”. Kenneth Powel sostiene que la cultura alternativa de los clubes y bares nocturnos proporciona un sistema más subversivo pero igualmente efectivo para renovar las ciudades.
Recordemos la calle Arístides, en la ciudad de Mendoza –mencionada en este espacio en otra oportunidad– ejemplo de la fusión de esparcimiento y arte, que permite generar, durante todo el año, ingresos genuinos para los vecinos, de parte de los turistas que la visitan continuamente.
La revolución cultural urbana ha cambiado el modo en que se define la cultura misma. Kenneth Powel, dice: “La cualidad más fundamental del éxito de la ciudad del siglo XXI es su diversidad de formas, actividades y gente. El arte nunca ha encajado en estrechas definiciones de planificación, pero continuará desempeñando un papel clave en dar forma a las ciudades habitables del futuro”
Muy buen artículo Arquitecto, lo felicito!!
Muy bueno el artículo, me gustaría sumarle un dato a lo mencionado de la ciudad de Bilbao, además del Museo del Guggenheim hace poco se reciclo totalmente un antiguo almacén, La Alhóndiga. Les dejo el link que es muy interesante: /www.alhondigabilbao.com/