A lo largo del tiempo se fue instalando la idea de que el Movimiento Moderno se encarga, sistemáticamente, de destruir las ciudades en el siglo XX con su arquitectura. Nada más alejado de la realidad cuando queremos simplificar las cosas y buscar pronto un culpable, en un rápido juicio de la historia.
Ya dijimos en otra oportunidad que, en el siglo XIX, la gran mayoría de las personas de la Europa occidental, vivían en la pobreza, en ciudades sucias, en viviendas en los que no entraban ni la luz ni el aire natural, producto de la especulación inmobiliaria en el uso del suelo para poder así hacinar a la mano de obra barata de las industrias, que constituían su paisaje urbano.
En este contexto, los hombres del MM –en el caldo de cultivo de nuevas ideas progresistas– veían que otra ciudad era posible. Y es así como comienzan a hacer propuestas de racionalización de la ciudad industrial sin disolver a la ciudad tradicional.
Los arquitectos del MM no están en contra de la ciudad renacentista o barroca –a las que aprecian y valoran por su calidad– sino que detestan a la ciudad industrial, ya que destruye la historia y vuelve miserable la vida de sus habitantes.
Esto trae aparejado, también, cambios en la forma de resolver el problema de la vivienda. El MM propone su racionalización y establece nexos con la tradición histórica.
La nueva arquitectura
En 1926, el arquitecto Le Corbusier expone sus ideas sobre la nueva forma de ver la arquitectura, teniendo en cuenta las nuevas tecnologías. Lo llamó “Los cinco puntos de una nueva arquitectura”, aplicables a la vivienda y que después sirvieron para otros programas arquitectónicos. Son los siguientes:
1. Los “pilotis”. La vivienda no se construye en el suelo, sino que queda suspendida en columnas de forma tal que el jardín “pase” debajo de la misma.
2. La terraza-jardín. Convierte al techo de la vivienda en un espacio aprovechable para el esparcimiento.
3. La planta libre. Valiéndose de las ventajas del hormigón armado –que permite construir estructuras en esqueleto y evitando los muros portantes– libera la planta de la vivienda para usos funcionales flexibles.
4. La ventana corrida. Al construir un esqueleto estructural, las paredes exteriores también se liberan y las ventanas pueden abarcar todo el ancho, mejorando la relación interior-exterior de la vivienda.
5. La fachada libre. Al retrasar las columnas, permite que la fachada tenga un diseño libre sin estar condicionada a mostrar su estructura.
El presente
Se les hace creer a los estudiantes de las Escuelas de Arquitectura, que la falta de creatividad en el diseño de los barrios de viviendas, promovidas por los organismos del Estado, es culpa de la herencia dejada por los postulados del Movimiento Moderno.
Los estudiantes no pueden entender que, desde una oficina, se imponga un prototipo de vivienda que se repite hasta el hartazgo, sin considerar la diversidad. El MM dejó la semilla para que la vivienda tenga en cuenta la creatividad, desde la libertad. Como lo podemos ver en la Casa Curutchet, única vivienda construida por Le Corbusier en América Latina.
La Casa Curuchet no tiene nada que ver con La Plata. Asi como la generaciòn del 80 construyó una «arquitectura de catálogo» en toda la ciudad recièn fundada, Le Corbusier proyectó esa casa según su nuevo «catálogo» que nada tiene que ver ni con las preexistencias arquitectónicas ni mucho menos con los requerimientos de su usuario.
En fin, ¿¿¿¿cuando dejaremos de proyectar según estilos o escuelas o movimientos o catàlogos y empezaremos a proyectar según las preexistencias de la tecnoforma, la socioforma y la ecoforma?????. Quizas cuando nos demos cuenta que la arquitectura no es el «objeto» sino el contenedor de los «adentros» y también de los «afueras» del hombre. Los estilos, los movimientos, las corrientes, etc, están totalmente perimidos hoy en dia. La arquitectura que se base en estos tres nuevos postulados -ecoforma, socioforma y tecnoforma- la hará distinta y única, apropiada a cada lugar y por ello mismo sustentable y eterna.
Abrazo Basilio, tus escritos siempre me hacen pensar y polemizar contigo, y estoy muy agradecido por ello.