En 1939, la Universidad Nacional de Tucumán crea la Escuela de Arquitectura, a la que llegarían en 1943, desde Buenos Aires, los arquitectos Eduardo Sacriste y Horacio Caminos. Estos profesionales iniciarían una prolífica tarea de investigación, proyecto y construcción en el campo de la arquitectura y el urbanismo, no tan sólo en Tucumán, sino también en su zona de influencia en la región.
A los arquitectos mencionados se unieron otros apellidos como Cavagna, Vivanco, Le Pera, Zalba, Oneto, Tedeschi, Calcaprina y Rogers; constituyendo todos, la primera generación de maestros arquitectos de la hoy Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Formados por estos ilustres nombres de la arquitectura, egresaron César Pelli y Eduardo Larrán. El primero se radicó en Estados Unidos y el segundo en la ciudad e Salta. Del tocayo de Sacriste nos ocuparemos ahora.
En su libro “Eduardo Larrán, Arquitectura Moderna en el Noroeste Argentino” se puede ver el texto de una nota que le dejó el maestro Sacriste, en ocasión de la visita que hizo a una de las obras de su discípulo en 1979 y que, al no encontrarlo escribió:
“Eduardo, he sentido muchísimo no encontrarte. Hemos pasado un rato muy grato. Tu señora es encantadora. Tu casa, es muy buena. No hay duda que, el alumno (tocayo) ha superado, por mucho, al maestro. Con mi afecto. Sacriste”
Cuanta emoción habrá sentido Larrán al leer la pequeña nota que le dejó Sacriste. Y es que el espíritu del Movimiento Moderno pudo trasladarse, filtrado a un medio natural y cultural tan singular como el salteño, gracias a lo que el estudiante recibió del profesor.
Eduardo Larrán nació en Santa Fé el 11 de octubre de 1927, pero inmediatamente su familia salteña retornó a su provincia, donde pasó la mayor parte de su vida. Siendo adolescente despertó ya su vocación por los temas relacionados por la arquitectura. Estudió en la época de oro del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán, graduándose en 1959.
Larrán fue un pionero que tuvo que enfrentarse al espíritu conservador de la sociedad salteña, que pretendía perpetuar el pasado sin salir del “estilo colonial” en sus construcciones, en abierta oposición a la evolución tecnológica y los cambios permanentes en los modos de vida.
El ABC de la arquitectura de Eduardo Larrán lo constituyen: la localización, las orientaciones y las visuales de sus edificios. La vasta obra del arquitecto salteño abarca desde viviendas unifamiliares hasta urbanizaciones que incluyen viviendas individuales, colectivas y de interés social; escuelas, hoteles, bancos y edificios comerciales.
Su arquitectura evoca a dos grandes maestros del Movimiento Moderno. Mies Van der Rohe está presente cuando plantea en sus viviendas las áreas de estar abiertas al paisaje, como en la Casa Tugendhat. La evocación a LeCorbusier está presente en el edificio del Bloque Salta, apoyado sobre “pilotis” como en el Block Marsella.
Como decía Le Corbusier: “la arquitectura es un acto de amor, es crear, es consagrarse, es entregarse”. Eduardo Larrán lo sabe muy bien. Por eso le rendimos un homenaje al arquitecto que tuvo la valentía de crear arquitectura de este tiempo, en un medio con tanta repostería neocolonial.
el monoblok salta es y seguira siendo el edificio mas feo de salta. con todo respeto ! entiendo que para la epoca fue algo innovador pero creo que no logro imprecionar mas que a su maestro. Gracias a Dios salta no sufrio el movimiento «modernizador» de tucuman,que la combierte en una maqueta de primer grado, me gusta la arquitectura moderna bien lograda !
Creo que tu comentario, Martín, es vacuo y sin la profundidad que amerita. Carece de análisis.Tu comentario solo hace referencia a algo superficial como la imágen. Y si sólo a imágen te remites, hablemos de imágen entonces. Lo que Larrán logra con el Monoblok Salta, es insertar otro tipo de imágen, distinta a la colonial (tan representativa de las clases altas y a las que todo salteño intenta imitar, por esa locura de subirse a experiencias de las que jamás han sido parte…). Logra insertar la idea de búsqueda de una imágen distinta a la de las clases dominantes.
El monoblock Salta es y seguirá siendo el edificio mas lindo de Salta. Con todo respeto (a los demás edificios de la ciudad, principalmente a sus contemporáneos). Entiendo (también) que para la época fue algo innovador, pero creo que logró impresionar más que a su maestro.
Gracias a Di-s, Salta gozó del movimiento «moderno» tanto como Tucumán, lo que la convierte en una maqueta de estudio de grado. Me gusta la arquitectura moderna bien lograda!