Giselle Issetta

Giselle Issetta junto a su obra premiada, “La mujer que guardaba por las dudas”
Giselle Issetta junto a su obra premiada, “La mujer que guardaba por las dudas”

La semana pasada, en la sede de la Secretaría de Cultura de La Rioja, se inauguró el “Salón de Artes Visuales Región NOA y Nuevo Cuyo”. Artistas de Mendoza, San Luis, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Santiago, Salta y Jujuy –convocados para participar en las especialidades de pintura, dibujo y grabado– estuvieron presentes en el acto de entrega de premios.

Entre las menciones especiales otorgadas, se destaca la obra “La mujer que guardaba por las dudas” de Giselle Issetta (que ilustra esta nota), quien obtuvo una de las menciones especiales.
Esta artista es oriunda de Buenos Aires, pero vive en Catamarca desde hace casi una década.

Recibida en la Universidad Nacional de Córdoba –donde obtuvo los títulos de Licenciada en Pintura y Profesora en Artes Plásticas– tiene un postgrado en Estética y Arte Latinoamericano en la Universidad de Cuyo.

Los dos títulos universitarios que consiguió, casi simultáneamente, forma parte de una estrategia de vida, que ella misma cuenta así: “hice la licenciatura, que era lo que realmente me gustaba, y luego hice el profesorado, porque me parecía que era necesario para una salida laboral. Hacer las dos carreras juntas me abrieron muchas puertas”. Esto le permitió que hoy sea una de las profesoras del Instituto Superior de Arte y Comunicación de Catamarca (ISAC).

Issetta tiene una fecunda obra, participa activamente en salones y muestras en todo el país, donde obtuvo numerosos premios y menciones, a pesar de su juventud. Cabe destacar el Premio Especial otorgado por el jurado de Galerías de Arte en el Salón Nacional Espacio Avon, Buenos Aires.

Ella no utiliza siempre la misma temática, pero si tiene un hilo conductor con cosas que le han pasado. Los temas que le interesan llevan su experiencia de vida: como el amor y la muerte de su papá y sus obsesiones. Últimamente está indagando en la fotografía digital en distintos soportes. No se queda siempre con el lienzo, pinta en el piso y no sobre caballete, en formatos grandes o pequeños.

Actualmente dicta talleres de pintura para niños, mostrándoles otra visión de lo que es el arte. Varios de sus alumnos participaron de la Bienal de Arte Infantil de Buenos Aires.

Su objetivo no es que el chico aprenda a dibujar bien; no le gusta que copien, sino que aprendan a disfrutar de la conexión con la pintura y con los artistas. Giselle quiere que sus alumnos sientan para el resto de su vida que el arte es importante, que es algo que hay que valorar. Que el día de mañana cuando sean grandes y se dediquen a su profesión, pasen por un museo y no lo vean como algo aburrido.

La artista considera que enseñarles pintura a los niños ayuda a su desarrollo intelectual, la percepción visual y la creatividad; por eso dice: “no es sólo cómo se les ocurre hacer tal o cual dibujo que tienen en la cabeza y pasarlo a un papel”.

Está convencida que el desarrollo de la actividad implica cómo resolver después situaciones en la vida; ser creativo no es tan solo saber pintar. Como ella sostiene enfáticamente: “Ser creativo te permite desenvolverte y resolver problemas en tu vida”

En esta columna de opinión queremos rendirle un homenaje a esta artista, por su trabajo y su amor por esta tierra y el empeño que pone para desarrollar el espíritu creativo en los niños catamarqueños.

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