«Hacia final de año» cuenta la señora Tugendhat, «Mies nos dijo que su esquema estaba listo. Algo apresuradamente fuimos a verle la tarde del 31 de diciembre. Teníamos un compromiso de Nochevieja, pero lo cancelamos. Nos quedamos los tres hablando hasta la una de la madrugada… Lo que más atraía nuestra atención en la planta era un espacio gigantesco que contenía sólo una pared redonda y otra rectangular…»