A punto de cumplir 98 años, el 5 de noviembre, murió el arquitecto Mario Roberto Álvarez (MRA).
El Maestro nació en Buenos Aires. Su biografía cuenta que sus padres lo disuadieron de abandonar sus estudios para ayudar en su casa. Y sus profesores pusieron en duda la elección de su vocación por lo ignoto de su apellido y lo dividido en su tiempo, ya que debió trabajar y estudiar simultáneamente. A pesar de estos obstáculos logró recibirse en 1936 con Medalla de Oro.
En 1938 gana la beca “Ader”, esto le permitió conocer Europa y tomar contacto con la arquitectura que se estaba haciendo por aquel entonces, bajo los postulados del Movimiento Moderno. En el año 1947, conoce en EE.UU. a Mies van der Rohe, uno de los maestros de la Arquitectura Moderna.
Autor de numerosas obras de arquitectura en el país y en el extranjero, sus valores académicos son considerados de excepción. Su coherente trayectoria ha sido reconocida con numerosos premios.
Algunas de sus obras más reconocidas son: Teatro San Martín, Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, Bank of América, Edificio “Somisa”, Galerías Jardín, Bolsa de Comercio, Edificio IBM, Edificio “America Express” y la Universidad de Belgrano, entre otras.
En Catamarca lo conocemos por la obra que dejó en esta ciudad: el Centro Sanitario, que en repetidas oportunidades nombramos en esta columna de opinión.
El arquitecto catalán Helio Piñón descubrió sus obras casi por casualidad, recorriendo la ciudad de Buenos Aires, en una de sus visitas académicas. Esto lo movilizó a publicar un libro en 2002, en el puede verse la extensa obra del arquitecto argentino. En la editorial dice:
“Su arquitectura es ejemplar, más allá de su indudable calidad, porque ilustra un principio interesadamente desacreditado por aquellos que, no acertando a conocer los valores auténticos de la modernidad, la convirtieron en un movimiento hacia ninguna parte, únicamente controlado por los bandazos de su propia inseguridad.”
Helio Piñón hizo mucho por revalorizar su figura. A propósito, quiero mencionar la experiencia de mi acercamiento a su obra, gracias al arquitecto catalán.
Estando en Barcelona, durante un seminario en la Escuela de Arquitectura de esa ciudad, conocí a Piñón. Éste, al escuchar la tonada de algunos colegas argentinos, decidió dejar de lado el tema que iba a abordar y prefirió contarnos la trayectoria de MRA mostrándonos las imágenes de sus obras. El catalán sabe que los arquitectos argentinos no lo valoran porque consideran que su extensa obra es “comercial”, producto quizás, de la mala prensa que tiene el Movimiento Moderno en las facultades de arquitectura.
Tuve que cruzar el Atlántico para darme cuenta que en mi país contamos con un arquitecto de excelencia. Grata fue mi sorpresa, al regresar a SFVC, contemplar con otros ojos el Centro Sanitario de nuestra ciudad de su autoría.
Al analizar la obra de MRA, comprendí que en su producción “se siente coherencia” y que tuvo que luchar mucho contra los prejuicios instalados contra el Movimiento Moderno. Hay obras poco difundidas que exponen contundentemente esto. Una de ellas es el Centro Sanitario de nuestra ciudad que, como mencioné en otra oportunidad, “es una joya de la arquitectura moderna”.
Desde aquí, rendimos un homenaje al gran maestro argentino de la arquitectura moderna.
Gracias Basilio!!! Qué buena entrevista! una joyita!
Abrazos.